La narrativa de terror es un género incomprendido, despreciado, criticado por los expertos pero amado por los lectores. Muchos creen que es un invento moderno pero hace más de 200 años que le ha robado el aliento a sus lectores y se ha anidado en las pesadillas de muchas personas alrededor del mundo.
Es importante comprender que la literatura de terror no se refiere únicamente a la que hemos vivido a través de la pantalla con exorcismos, monstruos infernales o asesinos seriales. El terror también juega con la mente de las personas, con sus manías, sus sueños, sus esperanzas, con desconfianza, asombro y cobardía. La idea del narrador consiste en despertar el miedo en la mente, el corazón y el espíritu de quien se adentra en la lectura, con un efecto a la vez de entretenimiento y catarsis.
Tomen estas páginas con toda la estupefacción posible, recordando que sin este género, las noches de los viernes serían demasiado aburridas.
Es importante comprender que la literatura de terror no se refiere únicamente a la que hemos vivido a través de la pantalla con exorcismos, monstruos infernales o asesinos seriales. El terror también juega con la mente de las personas, con sus manías, sus sueños, sus esperanzas, con desconfianza, asombro y cobardía. La idea del narrador consiste en despertar el miedo en la mente, el corazón y el espíritu de quien se adentra en la lectura, con un efecto a la vez de entretenimiento y catarsis.
Tomen estas páginas con toda la estupefacción posible, recordando que sin este género, las noches de los viernes serían demasiado aburridas.
Orlando Callejas
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